por Marianne Carlson
(Extractos tomados de la nominación actual)
El Instituto de Drogas para la Paz (DPI) en los Países Bajos es una organización calificada para nominar candidatos para el Premio Nobel de la Paz. Su patrocinio de la fundación humanitaria fundada y dirigida por Susana Valadez resalta las contribuciones de sus antecedentes antropológicos y los logros del trabajo de su vida con los descendientes de origen Huichol (también conocidas como Wixárika).

La doble existencia de Susana como estadounidense, que ha vivido durante décadas como un miembro de la tribu Wixárika, se ha ganado una posición sólida de aceptación y fortaleza para trabajar en nombre en el ámbito mundial, lo que ha hecho de buena fe y con satisfacción durante décadas.
Adriaan Bronkhorst, del Instituto para la Paz de las Drogas, califica que para el Premio Nobel de la Paz: " Intentamos desesperadamente salvar el mundo natural, aunque seguimos convirtiéndolo en un bote de basura. Después de todo, ¿Qué importan nuestros pequeños esfuerzos si los gobiernos y los capitanes de la industria promueven los desechos tóxicos a niveles inimaginables?
El problema del suicidio ecológico global y el modelo económico que lo sustenta parece casi imposible. Tal vez lo sea, pero mientras creamos en la posibilidad de un futuro para nuestros descendientes, debemos buscar formas alternativas de desarrollo. La gente Huichol nos da un ejemplo de una vida espiritualmente gratificante unida a un profundo respeto y dedicación al entorno natural, habilitada por su uso sabio y respetuoso uso del peyote.
Nos complace proponer al pueblo Huichol, representado por el Centro Huichol para la Supervivencia Cultural y las Artes Tradicionales, en la persona de su directora Susana Eger Valadez, para la nominación del Premio Nobel de la Paz de 2019, con la esperanza de que su candidatura sea elegida. Llamará la atención al valioso ejemplo que los Huicholes les ofrecen al mundo.

A pesar de las difíciles condiciones sociales actuales, como primera nación, el pueblo Huichol ha preservado la espiritualidad de cazador prehistórico en una sociedad agrícola. Cuando se enfoca en el respeto por las libertades fundamentales de la religión y el conocimiento cognitivo, se puede apreciar el uso del peyote como ceremonia rigurosa de su búsqueda más sagrada de la vida en la tierra, y el camino para regresar, enriquecido y habilitado con recursos espirituales. El conocimiento y todas las bendiciones de sus dioses.
Estas personas nos muestran un ejemplo de cómo utilizar y preservar los medicamentos de la naturaleza que alteran la mente para el beneficio espiritual y físico de sus usuarios individuales y de la sociedad en general. Esperamos que esta nominación obtenga las protecciones de la organización UNESCO de la tierra del peyote Wirikuta y sus otros lugares sagrados de la gente Wixárika.
Que estés de acuerdo o no con las personas que usan peyote en sus rituales no es lo que tiene importancia en esta narrativa. Todos los que participamos en la Feria Maestros del Arte y nos maravillamos y admiramos el increíble arte de cuerdas del huichol, debemos estar de acuerdo en que dondequiera que se inspiren, la espiritualidad de estas personas se refleja en el amor y los detalles que ponen en cada pieza de arte que producen.
Si desea leer la nominación completa del Premio Nobel de la Paz, visite http://drugspeaceinstitute.org/pages/19_nobelcampaign_intro.html
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