Wednesday, October 3, 2018

Amate: de arte prohibido a arte folclorico popular de México

"En ningún lugar estaba el cordón entre el hombre y el espíritu.
más fuertemente atado que en la fabricación de amatl,
El papel sagrado de los pueblos prehispánicos. ”
— Rita Pomade,  

Haciendo amate

El cordón estaba casi roto y podría haber sido destruido para siempre si no fuera por los pueblos otomíes de Puebla.

Imagina una industria de hoy, fundamental para el bienestar de todas las personas. El papel, por ejemplo.

Imagina tu vida sin papel, aún hoy con productos electrónicos. Imagina que un poder extranjero llega a tu país y prohíbe la producción de papel… todo el papel… no a las biblias, a los libros de texto, revistas, periódicos, fotos, posters con información sobre eventos, o tarjetas de autobús.  

Eso es lo que sucedió en los 1500’s cuando los conquistadores y los sacerdotes españoles decidieron que el amatl (papel de corteza de árbol) era el producto del diablo. Sabemos que destruyeron casi todos los códices, libros de papel plegados, pero también destruyeron el proceso de hacer papel y la fundación de los sistemas de información maya y nahua. Miles de años de conocimientos y sabiduría desaparecieron y solo se han rescatado fragmentos.

Es difícil de imaginar, pero aquí está la historia que Rita Pomade cuenta en su artículo mencionado hace unos párrafos, el cual ofrece una idea de la magnitud de lo que se perdió:
Los registros muestran que en 1507, cuando Moctezuma se estaba preparando para la Ceremonia del Fuego Nuevo, un famoso ritual de renovación de vida que tomaba lugar cada 52 años, ordenó que se entregaran un millón de hojas de amatl en Tenochtitlan para asegurarse de que la ceremonia sería exitosa y evitar el enojo de los dioses.

Cuando Cortés llegó a las costas de Mesoaméricahabía por lo menos cuarenta y dos centros de fabricación de papel, los cuales producían casi medio millón de hojas de papel cada año para usar como tributo.
Solo en las aldeas remotas de los pueblos otomíes se mantuvo la tradición del papel de corteza de árbol y su pintura como parte de sus ceremonias tradicionales importantes. Rita Pomade continúa:
Los otomíes aún continuaban preparando el papel hecho de corteza de árboles de higo y de mora (papel café del higo y blanco del árbol de mora) tal como lo habían hecho en la época colombiana… a pesar de los peligros involucrados, esta gente había continuado a hacer rituales dedicados a la fertilidad, los cultivos exitosos, y la cura de enfermedades.
En la década de 1970 los artistas de amate finalmente habían comenzado a ganar la atención que merecían, y esta forma de arte se extendió fuera de Puebla hacia los estados vecinos, donde los artesanos de esas regiones que en algún momento se habían dedicado a decorar cerámicas comenzaron a poner sus bellas pinturas en esta forma de papel tan especial, pintando escenas de festivales y la vida en los pueblos, y usando pelo de animal y fibras de plantas como cepillos y pinturas naturales. 


Feria Maestros del Arte, el evento más grande de arte folclórico de México, contará con seis artesanos de papel, incluyendo dos maestros del amate:

Rubelio Sánchez Santos. - proveniente de uno de los pueblos otomíes que ayudó a conservar esta forma de arte, ahora Rubelio lleva esta forma de arte a todo otro nivel. Tuerce y moldea el papel en formas fantásticas trenzando, retorciendo e insertando las figuras en sus maravillosos diseños. 

Su amate proviene de la corteza del árbol de Jonote, el cual es empapado en un baño de agua caliente con tintes naturales hechos con flores, ceniza, etc. Luego, las tiras de pulpa se colocan en una tabla en forma de rejilla y se martillan con una piedra plana hasta que el papel obtiene su forma. Rubelio ha desarrollado varios métodos muy interesantes para 
decorar el papel con objetos naturales como semillas, y también borda en el mismo papel a mano con diseños muy detallados que representan a los diferentes dioses otomíes.



Juan Damaso Gaspar & Eutimia Mendoza Fabian, han estado pintando en amate por más de treinta años. El vive en Xalitla, un pueblito a la orilla del río Balsas en el estado de Guerrero, famoso por su producción de pinturas en amate. 
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Estos dos artistas te ayudarán a entender cómo es que este arte que fue prohibido hace 500 años hoy se ha convertido en una de las formas de arte folclórico más populares de México. 
Más información:

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